Los romanos tenian muchos artes.. no podia faltar el del amor... Solo hay que ver a los italianos, que son los descendientes más próximos.. ya se sabe que dicen de ellos..
Bueno es que además este es bastante largo o sea que la dificultad de su creación se multiplica. Nuestra cultura se ha nutrido de romanos y árabes asi que tu sabes bien de lo que hablas. Un beso.
Es que los romanos tienen mucho arte a sus espaldas, no podía faltarles el arte de amar y han dejado buena muestra de ello en los dulces amoríos italianos ( o eso parece ). Y con una balada mora ... ¡para perderse entre sus velos! Otro palíndromo más ... ¡con mucho arte! Un beso, MJ.
Delicado, agudo, con esa reminiscencias a otras épocas que agrega una dulce melancolía.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte.
Abrazos
MJ, bonita mezcla entre la antigua Roma y el mundo árabe. Las mezclas siempre son buenas.
ResponderEliminarUn abrazo Artista.
¡Que vivan las mezclas! Para el amor, para el arte, y para la vida toda ella :)
ResponderEliminarUn abrazo
Estaré espesa MJ pero hoy me cuesta, mil perdones...
ResponderEliminarBesos desde el aire
MJ,
ResponderEliminaruna carta siempre es motivo de alegría, romana o mora.
Saludos.
Me encanta el título me recuerda a un clásico. Y por supuesto tu palíndromo de hoy.
ResponderEliminarBesitos
Los romanos tenian muchos artes.. no podia faltar el del amor...
ResponderEliminarSolo hay que ver a los italianos, que son los descendientes más próximos.. ya se sabe que dicen de ellos..
besitos mediterráneos.
Bueno es que además este es bastante largo o sea que la dificultad de su creación se multiplica. Nuestra cultura se ha nutrido de romanos y árabes asi que tu sabes bien de lo que hablas. Un beso.
ResponderEliminarUn placer recibirte en mi humilde blog, Patricia.
ResponderEliminarGracias.
Un beso.
Encantada de que disfurtes con cada una de mis frases simétricas, Nick. Y siempre agradecida.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Que vivan! :-)
ResponderEliminarUn abrazote, Ximo.
Tranquila, Rosa; eso nos pasa a todos alguna vez :-)
ResponderEliminarUn besazo.
No te preocupes, Daniel, lo entiendo perfectamente. A mí me ocurre lo mismo; hay tantos blogs que me gustan que es casi imposible llevarlos al día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una carta con un corazón es buen presagio, claro que sí, Dhyego.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué bien! Me siento feliz cuando veo que os gusta lo que escribo.
ResponderEliminarUn besico, Elysa.
¡Jaja! Tienes razón, Gala. Los italianos son dignos descendientes de los antiguos romanos. En el arte amatorio son (deben de ser) únicos ;-)
ResponderEliminarUn besote.
No te falta razón, Karras, cuanto más extenso es un palíndromo mayor es su dificultad y más se enrarece su sintaxis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es que los romanos tienen mucho arte a sus espaldas, no podía faltarles el arte de amar y han dejado buena muestra de ello en los dulces amoríos italianos ( o eso parece ).
ResponderEliminarY con una balada mora ... ¡para perderse entre sus velos!
Otro palíndromo más ... ¡con mucho arte!
Un beso, MJ.
Una buena mezcla con los romanos. Aunque a veces son un poco... peligrosos.
ResponderEliminarLos romanos que tienen mucho arte para los amores, ATENEA ;-)
ResponderEliminarGracias, preciosa.
Un beso.
¡Qué va, Goyo! Los romanos no son peligrosos, si acaso un poco 'Casanovas' ;-)
ResponderEliminarMe alegro de verte.
Un abrazo.
Buen palíndromo mediterráneo.
ResponderEliminarHacía tiempo que no venía, disculpa por mi apresurada vida. ¡Vaya amalgama de dos culturas que has creado!. Felicidades por ello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, caballero Ximens :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Tú eres quien debe disculparme a mí; llevo bastante retraso en mis visitas a vuestros blogs. Trataré de remediarlo.
ResponderEliminarGracias, Laura.
Un beso.